LAS GAFAS MORADAS

No todo se queda en pintas y marchas, eso solo es el inicio y el grito de cada una de las consignas que muestran la inconformidad con el sistema y la unión entre mujeres, nos hemos unido en un solo grito, aunque no nos identifiquemos como  feministas hay un mundo de malestares que nos unen y que sí, solo nos pasan por ser mujeres.

Porque con el movimiento vino la caída de la venda en los ojos, ahora nos podemos motivar una a una sin sentir que la otra nos está ganando, la competencia se volvió motivación, halago, acompañamiento, reconocimiento por las acciones tomadas y una ola de unión ante el constante plagió e invisibilización de nuestras ideas por parte del patriarcado.

Hemos alzado la voz y reconocido que más de una ha pasado por las mismas situaciones desgarradoras, una y otra y otra vez, donde nuestro silencio era usado para seguir acechando, pero gracias a nuestro poder descubrimos que somos capaces de enfrentarlo, apoyarnos y perseguirlos, pegar sus caras por todos lados hasta que el señalado sea nuestro violentador y no nosotras.

En el último año una de las luchas más fervientes ha sido la exigencia al Estado por el “Aborto legal, seguro y gratuito”, porque no solo se quede plasmado en papel, por un aborto donde las instituciones no sean indiferentes con cada caso, donde no nos criminalicen por nuestras decisiones, donde socialmente no seamos señaladas y podamos hablar de nuestras experiencias como base de conocimiento para otras.

Nuestra voz se ha vuelto un poder imparable, ahora no solo ponemos el tema en el centro, lo debatimos, ampliamos la perspectiva y lo difundimos, contamos nuestras experiencias y nos visibilizamos sin necesidad de esperar a que los medios se interesen por el caso, hemos creado redes tan grandes que nos han servido para masificar nuestros mensajes.

DESAPARECE UNA Y NOS MOVEMOS TODAS, porque nos afecta y sabemos el dolor que hay detrás de cada historia de mujeres que no vuelven, NOS MATAN y entre todas gritamos justicia y damos seguimiento continuo como forma de presión para las autoridades quienes a pesar de “estar formados” para atender los casos parece que siguen sin escuchar la consigna.

Armamos nuestros espacios de venta seguros, de donde también hemos sido reprimidas una y otra vez, solo por identificarnos con el movimiento, nos han agredido, nos han corrido, pero nosotras seguimos buscando nuestros espacios, donde sentirnos seguras y apoyadas sea nuestra prioridad.

Nos hemos visto en la necesidad de crear nuestras propias redes de comunicación, exigiendo a los medios tener una posición mucho más empática con temas de desaparición y feminicidios, han temblado con nuestra exigencia pero lo vamos logrando.

Hemos participado, colaborado y somos parte de redes donde exponemos nuestro trabajo, ya no tenemos que esperar a que se fijen en nuestro material, ahora nos aventamos y difundimos con nuestras hermanas, en donde encontramos ese impulso, armamos exposiciones, incluyendo todo tipo de trabajos creados desde nuestras trincheras, hacemos recaudación para diferentes causas, por apoyarnos no paramos.

Nos hemos quitado la venda del amor romántico en nuestras relaciones, podemos ver la opresión ejercida a todos niveles, sabemos que podemos construir relaciones desde una perspectiva más justa para nosotras, donde la carga de la casa y los hijos sea compartida, una relación en la que no tengamos que sacrificar nuestros sueños por cosechar los de alguien más.

Poco a poco vamos quitándonos los estereotipos que pesan sobre nosotras, aprendimos que estrías, gorditos, vello, manchas de la piel, todas tenemos y que eso no nos hace ni más ni menos, que no solo somos un bonito acompañante, sino que somos las protagonistas de la historia.

Las instituciones educativas se han visto envueltas en constantes señalamientos y bien sabemos que siguen por la misma línea negacionista de los actos, lo bueno es que ahora conocemos sus caras y si nos vuelven a tocar sabremos quién fue, los perseguiremos  y señalaremos hasta que la justicia llegue.

Mucho de lo que pedimos en el movimiento es JUSTICIA por cada feminicidio de hermanas, hijas, madres o abuelas, se le suma la EXIGENCIA de caminar en las calles sin ser violentadas, de tomar en serio  nuestras denuncias y accionar con la ley para que no sucedan más tragedias.

Nuestro camino sigue, ¡NO SE VA A CAER LO VAMOS A TIRAR!

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