¡No les vamos a dejar ni un cachito de calle…

Texto: Jaqueline Viedma

Fotos: Jessica Cruz y Jaqueline Viedma

Ciudad de México.- El Día Internacional de la Mujer, dejó una huella importante en las calles de todo el país este 2023, ayer, 8 de marzo, alrededor de 90 mil mujeres se dieron cita en distintos puntos de la Ciudad de México, La Estela de Luz, La Glorieta de las Mujeres que Luchan, Monumento a la Revolución, fueron algunos de los lugares donde se concentraron mujeres organizadas, colectivas, sobrevivientes de distintas violencias y familiares de víctimas de feminicidio y desaparición, todas con un punto de llegada en común, el Zócalo.

Este año, las mujeres comenzaron a llegar desde las 11 de la mañana, algunas convocatorias describían actividades previo a la marcha, otras indicaban la hora de salida, todas las mujeres portaban una prenda o paliacate morado, como símbolo de sororidad y hermandad, otras usaron prendas verdes, muchas más combinaron estos dos colores, todas mostrándose incendiarias, reprochandole al gobierno su incapacidad para garantizar el acceso a una vida libre de violencia.

Las calles y las banquetas fueron tomadas para ir avanzando hacia el Zócalo, a su paso, algunas mujeres pegaban fotos de agresores, las caras de hombres que pudieron ver miles de mujeres, quienes son acusados de violencia familiar, laboral, acoso, violación, entre otros actos. La marcha dejó claro que sus víctimas les han comenzado a perder el miedo, porque el miedo cambio de bando.

¡NI UNA MÁS NI UNA MÁS…

Las madres y familias a quienes la violencia feminicida les arrebató una hija, hermana, tía, esposa o amiga, se fueron abriendo paso, este 8 de marzo, su voz y sus exigencias retumbaron por las calles, a pesar de que no fue el primer contingente en llegar al Zócalo, ellas se iban abriendo camino a través de los contingentes, las demás mujeres que cercaban el caminar de las madres, les gritaban -¡NO ESTÁN SOLAS!-, las madres respondían «¡NO ESTAMOS SOLAS!».

Y es verdad, las miles de mujeres que marcharon, NO ESTÁN SOLAS, mientras caminaban, algunas gritaban sus experiencias de violencia machista, otras las abrazaban y les hacían saber lo valiente que fueron al exponer sus casos, el hecho tan heroico de llevar un cartel con la cara de su agresor y poner en alerta, no solo a una, no solo a diez, eran miles de mujeres que ahora lo saben bien, EL AGRESOR ERES TÚ.

¡EL MIEDO CAMBIO DE BANDO!

Algo que caracterizó a la marcha en la Ciudad de México, fueron los miles de carteles que se podían ver a lo largo y ancho de las calles, algunas mujeres pintaron su cara con manos rojas, lilas o negras, otras llevaban flores, muchas más gritaban las consignas y las demás mujeres las seguían, había momentos en que el grito se igualaba, la voz de miles se podía sentir como un viento refrescante de motivación y entusiasmo, el cual empoderaba todo a su paso.

Uno de los cantos que más se escuchó fue el de -ESAS MORRAS SÍ ME REPRESENTAN-, sobre todo cuando las mujeres del bloque negro hacían iconoclasia y las ateneas llegaban para intentar resguardar las vallas, monumentos o edificios, las asistentes a la marcha aguardaban, respetuosas de las capuchas, solicitaban que no se les fotografiara ni se les grabara, cuidándose unas a otras -ME CUIDAN MIS AMIGAS, NO LA POLICÍA-, entonaban.

¡LA POLICÍA NO ME CUIDA!

Aunque aparentemente la policía no tenía mucha presencia en la marcha, como en otras ocasiones, desde antes de que los contingentes de mujeres feministas partieran hacia el Zócalo, la formación de las ateneas se podía ver en distintas calles, aguardando la salida, como si solo esperaran una señal para partir hacia su posición.

La presencia de policías aguardaba atrás de las vallas, por ejemplo, la cerca que tenía Bellas Artes, donde una mujer que intentó subirse a una valla fue recibida con una explosión de humo rosa en la cara, la agresión venía de atrás del muro, pero solo una manguera se pudo ver, la manifestante fue acuerpada por madres de víctimas de feminicidio, a ellas el humo no las alcanzó tanto.

Otro percance, se suscitó cuando el contingente de madres arribaba al Zócalo, justo por la calle de la Catedral, la cual estaba mejor protegida que la vida de las mujeres en este país, al arribo de las madres llegó parte del bloque negro, ahí, las encapuchadas comenzaron a realizar iconoclasia y algunas intentaron pasar el muro, pero no sabían lo que les esperaba, no solo a ellas, sino a las miles de mujeres que iban llegando al punto de encuentro.

Una manifestante, apoyada por otras mujeres, intentó subirse a una de las vallas que resguardaban a la catedral, al lograr solo asomar la cabeza, fue recibida con una patada en la cara por parte de un elemento que se encontraba detrás del muro, al mismo tiempo que rociaban humo naranja, automáticamente la mujer cayó al suelo, la Brigada Humanitaria de Paz Marabunta auxiliaba a las manifestantes, no fue un caso aislado.

Posteriormente, la policía insistió en seguir llenando el Zócalo con gas pimienta, pero también había una gran nube entre verde, naranja y gris que se extendió, mujeres y niñas que se encontraban en la manifestación podían sentir las reacciones, quienes documentábamos los hechos nos perdíamos entre el humo y la marea de mujeres, una de las manifestantes salió de la marcha con los ojos vendados y apoyada por Marabunta, quienes le pedían a su hija, no mayor de 8 años algunos datos para poderlas apoyar.

Al mismo tiempo que las mujeres reprochaban con gritos las acciones de los policías, eran grabadas desde adentro de la catedral, algo que no está permitido, pero que el Estado lo sigue usando para poder incriminar y espiar a mujeres que asisten a las marchas; la manifestación que por momentos pareció no tener percances con policías, culminó con muchas mujeres que se vaciaban coca-cola, agua bicarbonatada o solución pepto en la cara, ojos y boca, muchas se trataron de alejar, pero aún así el picor se extendió por toda la plancha.

La acción de los policías no impidió la toma de la plancha del Zócalo.

… AHÍ ESTUVIMOS LAS FEMINISTAS, CONTRA LA VIOLENCIA, QUE NO LO DUDE NADIE!

Un comentario

Deja un comentario